Para que podamos conseguir lo queremos en nuestra vida tenemos que considerarnos un ordenador, de otra manera no vamos a resolver las cuestiones y tendremos que estar tratando con ellas el resto de nuestras vidas.

El ordenador está programado o no, está encendido o apagado. De la misma manera estamos nosotros ante lo que queramos conseguir. Es así de sencillo.

También son así de sencillas las correcciones que se efectúan con el Método Yuen para que podamos solucionar y alcanzar lo que deseamos.

Somos muchas las personas que cuando nos hablan de ordenadores es como si nos hablasen en un idioma desconocido para nosotros, por ello voy a intentar explicar nuestro funcionamiento cambiando el símil de ordenador por el de televisor.

Cuando una persona llega a un practicante del Método Yuen, como a cualquier otro método, es imprescindible que la conexión con la persona sea total y perfecta, al 100%, sólo así podremos acceder a la información necesaria para resolver cualquier problema.

En ese momento, lo único importante es la persona, nada más puede coexistir entre ambos. Desde mi punto de vista este requisito es esencial, y es, a veces, el más difícil de cumplir.

Por parte del facilitador, conectar con la persona es lo mismo que encender el televisor, sólo tienes que encenderlo para poder ver la programación y, por supuesto, para ver bien el programa escogido hay que silenciar todos los ruidos de alrededor, que en nuestro caso son internos ( pensamientos, expectativas, intereses…).

Trabajar de manera no presencial con la persona es como utilizar el mando a distancia, no hay ninguna diferencia.

Por parte de la persona que llega a nosotros, podemos utilizar el mismo símil anterior, debe ver su vida, como si de un televisor se tratase.

El primer requisito para que un televisor funcione correctamente es que esté conectado a la corriente eléctrica y a una antena para poder recibir la señal. La antena a su vez debe estar bien orientada para poder recibir nítidamente la señal y, por supuesto, no estar dañada. Una vez que estos requisitos se cumplen, hay que sintonizar los canales para poder acceder a los diferentes programas de las cadenas de televisión.

Los programas de televisión podemos compararlos con aquello que queremos conseguir, el televisor con nuestro cuerpo y la antena con todas las energías que llegan a nosotros desde el exterior (energías macro-cósmicas, micro-cósmicas e intrínsecas). Pero, no sólo esto es imprescindible, el televisor también debe tener todos sus componentes en buen estado, interconectados entre ellos y, a su vez, con todo el exterior.

El televisor, está claro que, por sí sólo, no puede funcionar de manera independiente y autónoma si no existe esa perfecta interrelación.

La energía apoya la materia y la vida en el universo. Dentro del cuerpo, además de la energía física creada por el metabolismo, hay otras formas de energía. Hablamos de la energía de los meridianos de acupuntura, energías que emanan de los diversos niveles de los cuerpos etéreo, astral, mental y causal, energías de los chacras y otras que proceden de nuestras conexiones con nuestra fuente superior.

Nuestro cuerpo está compuesto de circuitos de energía y no siempre están correctamente conectados.

De la misma manera, no siempre conseguimos ver la cadena deseada con la debida nitidez y da igual el motivo. Sea porque no llegue la señal de la antena, porque el televisor no esté sintonizado para ver ese canal, o sea cualquier otro, el resultado será siempre la imposibilidad de acceder a ese canal y poder disfrutar de él.

Lo mismo nos ocurre a nosotros, o estamos fuertes o no lo estamos para conseguir aquello que deseamos.

Obviamente, es muy simple este símil para intentar explicar con él el Método Yuen y se queda corto, pero tampoco es mucho más complicado. Precisamente en su simplicidad está la dificultad de su comprensión. Lo más importante es que no hace falta comprenderlo para que funcione, ni tan siquiera creer en ello.

Si hablásemos de ordenadores, a menudo ocurre que están plagados de documentos, correos que superan su capacidad de almacenaje, de programas que se han quedado obsoletos y de virus que nos impiden que funcione de la manera adecuada para lo que esperamos de él o necesitamos.

¿Qué hacemos entonces? Cualquiera que sea el problema que hayamos detectado, siempre tendremos que hacer una limpieza y, en algunos casos, volver a reprogramar el ordenador.

En esto no hay ninguna diferencia de cuando hablamos del Método Yuen y de cómo trabajamos con él. Cuando llega una persona, siempre hay algo que no funciona correctamente en su vida, o que quiere mejorar.

Es importante volver a repetir que “o estamos fuertes o estamos débiles” y que “estamos bien programados o no” (sin virus ni interferencias) para conseguir aquello que deseamos. Da lo mismo que hablemos de salud, relaciones, trabajo, prosperidad, miedos, fobias, estrés, envejecimiento, adicciones…

Una prueba evidente de la eficacia del Método Yuen, está en el hecho de que terapeutas de otras terapias y médicos de la medicina tradicional acuden al Método Yuen, no sólo para ser tratados sino para aprenderlo.

Por otra parte, esta herramienta no es incompatible con otras terapias, ni con la medicina tradicional. Reduce la duración de problemas de salud diagnosticados como crónicos y minimiza los efectos secundarios de tratamientos, en ocasiones agresivos para las personas.