¿Qué tal si pudiéramos borrar nuestros condicionamientos, los pensamientos, las emociones y los sentimientos?


¿Qué tal si pudiéramos separar unos de otros de manera que por el hecho de tener un pensamiento no se traduzca “per se” en el resultado al que estamos acostumbrados?

¿Qué tal si pudiéramos desprogramar nuestro actual patrón de riqueza y volver a reprogramarlo?

¿Qué tal si pudiéramos cambiar nuestros resultados futuros cambiando lo que nos ha llevado a obtener nuestros resultados pasados?

Somos cuerpo, mente y espíritu y nuestro mundo físico es el resultado de otras realidades tan ciertas, aunque no palpables, como nuestro cuerpo. Son las realidades mentales, emocionales, psicológicas, psíquicas y espirituales. No se ven, pero no por ello dejan de existir y de influir en nosotros.

¿Nos preguntamos cada vez que encendemos un interruptor de luz por todo el proceso?

Simplemente, tenemos constatado que cada vez que pulsamos el interruptor, la luz se enciende.

De la misma manera ocurre con nuestra realidad física. Cada vez que “algo” acciona nuestro ordenador en nuestros pensamientos, emociones, sentimientos, en nuestro mundo visible, en nuestra realidad física, se van a producir unos resultados concretos que nosotros, la mayoría de las veces inconscientemente, hemos puesto en marcha para que se produzcan.

El éxito en cualquier parcela de nuestra vida, es un resultado. El dinero, por tanto, es un resultado de nuestras acciones.


Todos respondemos a patrones.

¿CÓMO SE HAN CREADO ESTOS PATRONES?

Sería lo mismo que responder a la pregunta de cómo hemos sido programados para vivir, o sería mejor decir para sobrevivir.

Somos el resultado, entre otras cosas, de nuestra educación, colegios, cultura, experiencias y familia.

Lo que planteo ahora es la posibilidad de reprogramarnos para dejar de sobrevivir y comenzar a VIVIR desde nuestro centro, desde nosotros mismos.

Podemos conseguirlo borrando de nuestro ordenador todo aquello que está impidiendo que “VIVAMOS”, con mayúsculas.

Para ello, uno de los medios imprescindibles es el dinero, a muchos puede que les rechine la palabra dinero, pero lo cierto es que sin dinero difícilmente podemos conseguir no sólo VIVIR, sino sobrevivir.

Frases, que son más que frases, como:

“el dinero no es lo más importante”
“prefiero ser pobre…pero honrado”
“no puedes ser rico y espiritual”
“contigo pan y cebolla”
“hay que ganar el dinero con el sudor de la frente”
“el dinero es el origen de todos los males”
Etc.

Sin dinero difícilmente podremos comprar el pan y la cebolla.

Los pensamientos y declaraciones son extremadamente poderosos, por eso hay que tener cuidado con nuestros mensajes al universo y con lo que pedimos, porque el universo siempre nos responde.

El universo no entiende de órdenes positivas o negativas, sólo entiende de órdenes.

Y si nuestra mente subconsciente está habitada por estas emociones, creencias y patrones de riqueza, está claro quién va a ganar, desde luego no nuestra parte lógica de “claro que quiero el dinero, necesito pagar la hipoteca”, “cómo no voy a querer tener dinero”. Seguramente conseguirás el dinero para comprar el pan, la cebolla, pagar la hipoteca, pero también, seguramente, tendrás que pasar por un camino no muy fácil para conseguir el dinero que necesitas para ello. Y lo que es peor, conseguirás únicamente aquello para lo que estás programado.

Podemos conseguir llegar a ahorrar para realizar un deseo, pero, ¿no os ha pasado que suele suceder algo que haga que ese incremento de dinero que se ha logrado se pierda?

SI NUESTRO “PATRÓN FINANCIERO” SUBCONSCIENTE NO ESTÁ PROGRAMADO PARA LA PROSPERIDAD EN EL DINERO, NADA DE LO QUE APRENDAMOS, LEAMOS Y HAGAMOS HARÁ QUE CAMBIE NUESTRA SITUACIÓN ECONÓMICA.

¿No sería fantástico borrar nuestras viejas formas de pensar que, la mayoría de las veces, ni son nuestras?

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE NUESTRO PATRÓN FINANCIERO?

Porque de él depende no solo alcanzar nuestra prosperidad económica sino mantenerla y aumentarla afrontando los retos que acompañan el hecho de tener dinero.

Porque podemos tener muchos conocimientos, aptitudes, entusiasmo pero SIEMPRE VALIDAREMOS NUESTRO PATRÓN.

Sólo hay que pensar en la cantidad de gente a la que le ha tocado la lotería, deportistas que después de haber conseguido grandes sumas de dinero han vuelto a su estado económico primitivo.

Podemos compararlo con un termostato, depende de cómo lo programemos para que la habitación alcance y mantenga la temperatura adecuada, con independencia de la climatología exterior.

¿No sería fantástico borrar nuestros VIEJOS patrones financieros?

Os invito a que contestéis a tres preguntas: