¿En qué momento estoy de mi vida?

Estamos en Navidad, está llamando a nuestra puerta la Vida, el amor más absoluto y perfecto.

Dentro de pocos días terminará el año para dar comienzo a otro nuevo.Solemos hacer planes, como dejar de fumar, aprender inglés, empezar una dieta..., pero ¿cuántas veces hemos pensado en abrazar a nuestra vida? ¿estamos preparados para recibir a nuestra vida con amor?, ¿sabemos cómo vivirla en plenitud?.

Pensamos en peder peso, pero ¿realmente es el peso de nuestro cuerpo físico el que nos molesta o es el peso de nuestra vida, que se refleja en él?

Pensamos en ir al gimnasio para fortalecer nuestra musculatura, evitar la flaccidez, ¿son los músculos de nuestro cuerpo físico o los músculos de nuestra alma los que están flojos, sin fuerza para sostener el peso que cargamos en ella?

Necesitamos reconocer con humildad dónde estamos para poder ver el Camino que nos conduce la Vida.

Somos guerreros de luz, entonces ¿por qué no luchamos por nuestra luz?

Sólo eligiendo el camino del amor podemos triunfar. Tenemos una misión y es la de ser espejos de luz.

Sólo hay un camino posible, el del amor que es luz y es vida. Lo contrario es ignorancia que es oscuridad.

Es momento de elegir, yo os invito a que elijáis rápido porque lo que es seguro es que a Él vamos a llegar todos, se trata de llegar lo antes posible para evitar rodeos inútiles.

Ver dónde estamos implica elegir, aceptar quiénes somos y quiénes queremos ser, aceptar nuestra misión.

Necesitamos con humilidad reconocer que nos impide decir un sí muy grande a la Vida, a nuestra vida.

Es momento de amarnos, de reconocernos. Es momento de recordar cuál es nuestro papel allí donde nos encontremos, y el lugar es indiferente, puede ser en la cocina de nuestra casa, en la oficina, en el super...o en la cola de un autobús.

Es momento de llevar amor, alegría y luz, de actuar a modo de epidemia. Es momento de ser quienes realmene somos.

No es momento de perdonar, creo que en este camino no cabe el perdón, sólo cabe el de reconocer que cada persona que ha llegado a nosotros lo ha hecho cargando con su maleta. No cabe el perdón porque ello nos haría colocarnos por encima. Sólo cabe dar las gracias a todas y a cada una de las pesonas y circunstancias que han llegado a nuestras vidas, porque gracias a ellos y a ellas somos quienes somos y podemos llegar a ser quienes realmente somos y esto se llama misericordia. Y sí es momento de misericordia, para nosotros y para los demás, que está muy por encima del perdón.

Sólo conociendo el dolor, la enfermedad, las carencias, el sufrimiento podemos apreciar la salud, la prosperidad y la felicidad.

Sólo amándonos a nosotros podemos llegar a ser amados, sólo respetándonos a nosotros podemos ser respetados y sólo reconociéndonos a nosotros podemos ser reconocidos por los demás.

No cabe responsabilizar a los demás por todo ello, pero tampoco a nosotros mismos porque estamos en el camino. En él no caben errores, todo es perfecto en el momento en que se produce.

Esta elección no admite marcha atrás, ni periodos de descanso vacacionales, no se queda sólo para estas fechas, se trata de un contrato de por vida y, por cierto, firmado por nosotros desde mucho antes de que hayamos optado por cumplirlo.

Os invito a ser portadores de este virus de amor y de alegría y a eliminar todas las bacterias de miedos y de ignorancia que están retrasando el dar la mano a vuestra vida.

Os invito el 31 de diciembre a celebrar vuestra vida y a brindar por ella.

Os invito a abrir las puertas a la Vida.